Bueno, hoy voy a explicaros un método rápido, barato, efectivo, reciclado y reutilizable para capturar algunos grupos de invertebrados acuáticos. Recientemente estuvimos realizando un proyecto de restauración ecológica en un entorno de la provincia de Alicante llamado El Salt, situado en las sierras del pueblo de Jijona (Xixona en valenciano). Este paraje se forma por un pequeño salto de agua que brota de la roca calcárea de la zona, el cual ha originado con el paso de los siglos y milenios una poza de unos 12 metros de profundidad que retiene el agua que va filtrándose de la pequeña cascada. De esta poza principal surgen otras accesorias que se sitúan en las zonas más bajas, cada una de menor profundidad que la anterior y con un alto contenido de sedimentos fangosos, todo ello rodeado de un cañizar bastante denso. En este entorno realizamos trabajos de limpieza del cauce, tanto de cañas como de escombros y basuras, abrimos el canal principal del agua unos metros retirando parte del sedimento y ayudamos a construir una vía de acceso ya que la que había en ese momento estaba un tanto precaria. En una próxima entrada os enseñaré el lugar, es bastante pintoresco. Desde fuera jamás diríais que puede haber algo así en el barranco.
Os explico esto porque la idea surgió allí, aunque el método ya nos lo sabíamos de otras experiencias. La cuestión es que observamos que el lugar estaba plagado de Procambarus clarkii, el conocido como cangrejo de río americano. Hoy en día es, desgraciadamente, muy frecuente encontrar cangrejos de río en casi cualquier masa de agua dulce de la Península Ibérica. Y digo desgraciadamente porque nuestro cangrejo autóctono es Austrapotamobius pallipes, una especie que sólo cuenta con escasas y reducidas poblaciones en España en este momento. En su lugar, han aparecido otras especies invasivas como la citada en un principio, portadoras de la afanomicosis desde el continente americano, una plaga que extermina al cangrejo ibérico. Antes de los años 60 se pescaban en España toneladas de nuestro cangrejo autóctono, ahora está en la lista roja de especies amenazadas.
Os explico esto porque la idea surgió allí, aunque el método ya nos lo sabíamos de otras experiencias. La cuestión es que observamos que el lugar estaba plagado de Procambarus clarkii, el conocido como cangrejo de río americano. Hoy en día es, desgraciadamente, muy frecuente encontrar cangrejos de río en casi cualquier masa de agua dulce de la Península Ibérica. Y digo desgraciadamente porque nuestro cangrejo autóctono es Austrapotamobius pallipes, una especie que sólo cuenta con escasas y reducidas poblaciones en España en este momento. En su lugar, han aparecido otras especies invasivas como la citada en un principio, portadoras de la afanomicosis desde el continente americano, una plaga que extermina al cangrejo ibérico. Antes de los años 60 se pescaban en España toneladas de nuestro cangrejo autóctono, ahora está en la lista roja de especies amenazadas.
Cuando nos dimos cuenta de la disparatada población de cangrejos (recordemos: especie invasora que depreda huevos de anfibios, otros crustáceos, peces, etc.) decidimos poner nuestro grano de arena y retirar todos los individuos de la población que nos fuera posibles Dado que no íbamos preparados para tal actuación improvisamos rápidamente. Para ello utilizamos una pieza clave del desarrollo industrial, un elemento de diseño innovador y vanguardista creado por el ser humano, ni más ni menos que... botellas de plástico de 1,5 litros. Fácil, sencillo y para toda la familia, como los programas de cocina. Pasos a seguir. Conseguimos una botella de plástico (el volumen no importa, cuanto mayor sea la botella y su entrada, mayores animales podremos capturar, evidentemente). En este caso hemos utilizado una botella de 1,5 L y bordes cuadrangulares (es recomendable para poderla apoyar mejor bajo el agua).
Una vez que tenemos las dos partes separadas (ya podemos retirar el tapón, por cierto) insertamos a presión el cuello de la botella por dentro de la parte de abajo, hasta que encaje por dentro, sin dejar apenas huecos entre una parte y la otra. Al ser este plástico bastante flexible nos permitirá una buena unión, firme y muy ajustada, sin usar adhesivos de ninguna clase. También nos permitirá retirar el cuello cuando queramos desmontar el artilugio y volverlo a montar tantas veces como queramos.
Las trampas se colocan a contracorriente, es decir, el culo de la botella situado hacia el origen del flujo del agua, y el orificio de entrada dirigido hacia la zona baja de la corriente. De este modo el efecto atrayente del cebo se extiende con el sentido del agua y los animales acuden directamente hacia la boca de la botella. El resultado en 4 días de trabajo con 4 de estos artefactos fueron más de 50 cangrejos americanos retirados del río. Al ser animales carroñeros casi cualquier cebo era bueno, pero dependiendo de lo que queramos capturar habrá que variar el alimento introducido. Esta técnica permite no sólo retirar especies invasoras como el cangrejo rojo, sino capturar para poder fotografiar especies que difícilmente se pueden observar a simple vista, por sus costumbres huidizas o nocturnas. Tras esto hay que volver a liberarlas a su medio natural ya que en muchos casos no sabemos si están amenazadas o si por el contrario se trata de animales comunes. Esta técnica es aplicable tanto en agua dulce como en agua salada e igualmente interesantes son las capturas. En América (del Norte y del Sur) la variedad de especies de cangrejos de río es elevadísima, por tanto para los lectores de aquellas tierras este sería un experimento sin duda interesantísimo. Las gambas también son proclives a caer en estas trampas. Espero que le veáis alguna utilidad.
Este artilugio en miniatura (con una botella de 33 cl, por ejemplo) sirve como trampa para retirar caracoles de un acuario cuando su población se ha disparado.
Este fue el resultado de una hora con una sola botella:
muy bueno el invento :)
ResponderEliminarnunca hubiera pensado en esta trampa jejeje
olle men yo tengo esos cangrejos pero en mi caso no llegan pero ni a reproducirse no se por que, pero aca en Perú son valorados para haser salsa, sopas o arroz con mariscos
ResponderEliminarbueno es cierto q son imbasores, pero, estos seres devoran los cuerpos muertos en descomposicion por ello ayudan al ecosistema a estabilisarse de vacterias y protosoarios dañinos para todos pero si que se deven erradicar sige asi y aste un restaurante de pescados y mariscos XD
Buenas compañero:
ResponderEliminarEfectivamente el cangrejo de Louissiana es valorado por sus usos culinarios, pero como su nombre indica, este animal es originario de Norteamérica. En cualquier otro lugar donde se encuentre, constituye un peligro para la fauna y flora autóctona. Evidentemente su "cometido ecológico" (si pensamos en términos de que cada especie desempeña un papel dentro del ecosistema) es purgar las aguas de cadáveres en descomposición, ya que se trata de voraces carroñeros... pero cada especie en su territorio geográfico, cuando se convierten en invasoras... mal asunto.
Saludos.
¿Qué cebo habría que poner para las planarias? Tengo mil en el nano, y eso que tengo peces.
ResponderEliminarHola leonelreo:
ResponderEliminarPues en principio las planarias se alimentan de cualquier tipo de materia orgánica en descomposición, con preferencia por la de origen animal. Si puedes poner alguna pastilla de fondo mixta, o papillas caseras o algún pececillo o molusco muerto (poco tiempo para no contaminar el acuario, como mucho unas horas) seguro que tienes éxito. Mucha suerte.
Gracias. He probado con alimento en grano y nada. Probaré con caracoles esta noche y te cuento. Se cuentan por docenas, algunas de más de un cm, dan verdadera grima
ResponderEliminarUn saludo.
Puedes probar con microgusano de la avena para usarlo como cebo yo capture unas planarias de un lago y las alimentaba con microgusano
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