Aquí podréis explorar virtualmente a través de diversas expediciones a ecosistemas de agua dulce de diferentes localidades españolas así como de otros rincones del planeta. Los protagonistas serán los moluscos y crustáceos, así como también otros invertebrados como platelmintos, cnidarios, poríferos, insectos, etc. En general cualquier invertebrado de agua dulce podrá convertirse en nuestro foco de atención.

Además haremos entrevistas a expertos en el mundo de los invertebrados y de la acuariofilia e intentaremos hablar de noticias y temas de interés general. No olvidéis consultar el Cuaderno de Viaje para acceder al listado completo de artículos del blog.

Espero que disfrutéis de las imágenes y de la variedad de especies que tenemos en nuestras aguas continentales. También deseo que los temas y expediciones os resulten interesantes y que no dudéis en dejar vuestra opinión en las entradas y cualquier tipo de sugerencia. Un saludo cordial desde Alicante. Nos vemos en el agua.



20/5/16

Cría de Alimento Vivo para Invertebrados: Moscas

En la misma línea de las entradas anteriormente dedicadas al cultivo de alimento vivo vamos a abordar, aunque no sea en profundidad, el cultivo de las moscas Drosophila sp., en concreto las especies más utilizadas, D. melanogaster y D. hydei.

Vaso de 1L con cultivo de D. melanogaster. Imagen: Isaac García

Las moscas del género Drosophila, sobre todo Drosophila melanogaster, han sido utilizadas desde el siglo XX en multitud de experimentos en Biología, la mayoría de ellos estudios genéticos. La gran facilidad de mantener y reproducir estos cultivos de insectos en laboratorios puede aplicarse también a cultivos domésticos con fines acuarísticos o terrariófilos. Además, gracias a que se hayan llevado a cabo esta infinidad de estudios con estas moscas, hoy en día contamos con numerosas mutaciones (algunas más fáciles o difíciles de conseguir que otras). A fin de cuentas, la variedad mutante que más nos interesa es relativamente sencilla de adquirir tanto en tiendas como de otros aficionados. Se trata de la mutación de alas atrofiadas, que es incapaz de volar y, por tanto, de escapar por nuestro domicilio. Por tanto, si realizamos la compra de moscas pro primera vez, intentaremos que pertenezcan a este tipo de mutación para facilitarnos las cosas en un futuro.

Las diferencias entre D. melanogaster y D. hydei son mínimas, podríamos reducirlas a una mera cuestión de tamaño, siendo la primera ligeramente más pequeña que la segunda, y por tanto de un metabolismo y desarrollo más rápidos.

En general, a una temperatura ambiente de 25ºC, su desarrollo es muy rápido. Los adultos, que presentan sexos separados, depositan los huevos sobre un sustrato alimenticio (que posteriormente detallaremos) y las pequeñas larvas eclosionan al cabo de uno o dos días y empiezan a alimentarse ininterrumpidamente mientras realizan las diversas mudas hasta llegar a la fase de pupa. Este proceso suele prolongarse entre 7 y 10 días. De las pupas, tras la metamorfosis final, surgen nuevos adultos, que reinician el ciclo con sorprendente rapidez.

Dejando de un lado su biología, pasemos a explicar la receta de elaboración de la papilla alimenticia, una de ellas al menos, la más básica. Es una mezcla muy sencilla: necesitaremos 60g de puré de patata, 6g de levadura en polvo, 300mL de agua y 150mL de vinagre. Calentamos el agua hasta que podamos diluir bien el puré de patata y la levadura. Dejamos el recipiente enfriarse un poco antes de añadir el vinagre y removemos con una cuchara toda la mezcla hasta que quede homogénea. La textura final debe ser cremosa, ni excesivamente reseca ni pegajosa ni líquida. Podemos añadir otros elementos enriquecedores a la pasta, como azúcar, zumo de frutas o fruta y verdura triturada, incluso algo de vino, o utilizar patata cocida en lugar de puré de patata, siempre que la mezcla final quede con una textura adecuada. El vinagre es el elemento fundamental, que asegurará que la mezcla no se vea atacada por el moho ni por colonias bacterianas. Con ayuda de la cuchara servimos y aplanamos un poco de esta mezcla en el fondo de un vaso de plástico (pueden ser del tamaño que queramos, entre 200mL de capacidad y 1L). Luego colocamos algo que les sirva a las larvas en el paso de larva a pupa para poder salir de la mezcla alimenticia y realizar su metamorfosis. Podemos emplear mallas de plástico recicladas (como las mallas de ajos, patatas o naranjas), algo de perlón, cuerda de pita deshilachada, etc. Taparemos el vaso con un papel de cocina y lo sujetaremos al cuello del vaso con una goma elástica. De esta manera se mantendrá la humedad, el cultivo respirará, no se contaminará con ácaros y otros parásitos y las moscas no podrán escapar. Una vez realizado el cultivo éste es efímero, es decir, no se puede "recargar" (no al menos de una forma cómoda) ni es autosustentable en el tiempo (como era el caso de los gusanos grindal, por ejemplo). Cuando las moscas agoten el alimento tendremos que realizar la papilla de nuevo e introducir unos cuantos ejemplares en nuevos vasos para reiniciar los cultivos, es decir, el cultivo tiene una vida limitada. La vida útil de un cultivo depende de muchos factores, como la temperatura y humedad ambiente, la cantidad inicial de adultos que hayamos introducido, el volumen del vaso empleado o la cantidad de papilla dispensada inicialmente, pero en general podemos decir que un cultivo medio dura varias semanas activo y en producción continua. 

Papilla alimenticia. Imagen: Isaac García

Colocación de las mallas plásticas. Imagen: Isaac Gasrcía

Introducción de ejemplares adultos en el nuevo cultivo. Imagen: Isaac García

Podemos utilizar tanto larvas como adultos de mosca para alimentar a cangrejos terrestres y acuáticos. Las larvas también son el alimento ideal de camarones depredadores como los palaemónidos, dado su alto contenido en hidratos de carbono y proteínas. Sin embargo, como en el caso de los colémbolos, su uso más extendido ha sido en el campo de la terrariofilia como alimento de crías de reptiles (camaleones, pogonas…) o anfibios (dendrobátidos). Aun así, os planteamos estos dos tipos de cultivo de alimento vivo como una fuente potencial de recursos para vuestros acuarios. Esperamos que os sean de utilidad.

Galerías hechas por las larvas al alimentarse. Imagen: Isaac García

Varios cultivos almacenados en un lugar fresco y seco. Imagen: Isaac García

Algunos aficionados han llevado a cabo con éxito cultivos de mosca soldado (Hermetia illucens), cuyas larvas de gran tamaño y asombroso contenido proteico constituyen un alimento ideal para numerosos animales. Sin embargo no trataremos su cría por ser ésta especialmente dificultosa si la comparamos con otros tipos de cultivos de alimento, ya que la mosca soldado adulta necesita aparearse en vuelo, con lo cual, si no disponemos de un habitáculo lo suficientemente grande para albergarlas, su cría en cautividad constituirá un fracaso tras otro, motivo por el cual muchos aficionados se frustran al intentar sacarlas adelante. Situaciones similares ocurren con otros tipos de mosca, como la mosca doméstica o las moscas de la carne, que pese a ser de mayor tamaño que las drosófilas presentan variados inconvenientes que hacen de su cultivo un verdadero desafío.