Dado que muy a menudo hablamos de estas especies de caracoles y pese a ello siguen siendo grandes "extraños" en la acuariofilia, he querido profundizar un poco en la familia Neritidae en esta entrada.
Las neritas son caracoles acuáticos que pertenecen a la familia Neritidae (en castellano, nerítidos) dentro del orden Neritoida. Abarcan numerosas especies, de las cuales la gran mayoría son gasterópodos marinos, otros habitan aguas salobres y finalmente unas pocas especies viven en aguas dulces. Su distribución es muy amplia, localizándose en toda la zona de Eurasia y algunas regiones de África, sobre todo en las franjas tropicales y templadas. Son caracoles más o menos redondeados u ovalados, de dimensiones más bien modestas (los mayores ejemplares no alcanzan los 4 cm de diámetro), presentando un opérculo a modo de escotilla que les permite encerrarse completamente dentro de su concha. El aspecto de ésta es similar al de la porcelana. Los colores y patrones de los dibujos de la concha son realmente variados y sorprendentemente bellos.
Los nerítidos son animales gregarios, es decir, sociales, que se agrupan en colonias o grupos de cientos o miles de individuos allí donde se desarrollan. Generalmente estos grandes grupos de caracoles se desplazan juntos en busca de alimento. Ocupan estratos superiores dentro de las masas de agua, en la zona donde hay mayor irradiación de luz, ya que se alimentan prácticamente de forma exclusiva de algas verdes que crecen en estas zonas iluminadas. Es por su dieta exclusiva que muchos acuaristas los utilizan como pequeños limpiadores en su lucha contra las algas.
Existen unos 19 géneros de neritas siendo como ya hemos dicho, la mayoría de aguas marinas, como es el caso del género Nerita sp. que da nombre a la familia. El género Theodoxus sp. comprende aquellas especies de pequeños nerítidos que habitan aguas exclusivamente dulces (por ejemplos T. fluviatilis o T. danubialis). Un gran número de especies pertenecientes a varios géneros (Neritina sp., Clithon sp., Septaria sp. o Neripteron sp.) son lo que se conoce en biología como especies eurihalinas. Esto significa que pueden habitar aguas de diferentes concentraciones salinas adaptándose gradualmente a esas circunstancias. La mayoría de estas especies viven en aguas salobres o dulces en sus estadíos adultos, mientras que sus larvas o juveniles necesitan pasar por las aguas marinas para desarrollarse. Esta dualidad convierte a la familia Neritidae en gasterópodos muy interesantes, podría decirse que de doble vida. Sin embargo esta característica hace que sea imposible reproducir a muchos de ellos en cautividad, debido a que requieren distintas concentraciones de salinidad a lo largo de su ciclo vital.
La reproducción de los nerítidos también es compleja. Por una parte presentan sexos separados. Necesitan de un proceso de cópula en el que un macho fecunda a una hembra que, posteriormente, depositará una bolsa de huevos (ooteca) generalmente ovalada y blanquecina, con una cubierta protectora muy endurecida. Dentro de esa ooteca los huevos (a veces varias decenas) eclosionan dando lugar a unas larvas móviles. Por lo general esas larvas son carnívoras, depredando algunas de ellas a sus hermanas dentro de la bolsa de huevos. Una vez que se quedan sin alimento salen de su envoltorio y llevan una vida libre durante algún tiempo. En algunos casos es necesaria una migración a otro tipo de aguas para que se produzca una metamorfosis que originará la incipiente concha, y finalmente el desarrollo de un adulto con su forma típica.
Las neritas tienen una concha relativamente gruesa, muy endurecida y bien estructurada. Es por ello que necesitan aguas con abundantes minerales disueltos (aguas duras) y también es el motivo por el cual su desarrollo es relativamente lento si lo comparamos con otros moluscos. A veces pueden tardar incluso varios años en alcanzar su tamaño de adultos. Sin embargo este aspecto favorece su longevidad, al no desarrollarse tan rápido y ser su metabolismo más lento que el de otros caracoles, su esperanza de vida es mayor frente a otras especies de tamaño parecido.
Para las neritas también es importante la oxigenación del agua, y están ausentes de masas acuáticas contaminadas o estancadas, prefiriendo lugares con un cauce rápido o lugares donde rompan las olas.
Aún hoy hay cierta controversia sobre la taxonomía (clasificación) y nomenclatura de algunas de las especies de nerítidos, y no es raro encontrarnos con que ocasionalmente se describen nuevas especies, sobre todo en Asia. También es frecuente encontrarnos en comercios con especies de neritas que no llegan identificadas, salvo con artificiales nombres comerciales que poco nos dicen de su procedencia o necesidades especiales. Es en este sentido necesario un mayor rigor, tanto de los proveedores como de las tiendas que suministran estos animales a los aficionados a la acuariofilia, para poder reproducir en nuestro hogar las mejores condiciones para estos animales.
Sin duda son seres que merece la pena conservar a través de los ecosistemas que habitan. Admirarlos en nuestros acuarios es un lujo que debemos aprender a valorar, así como ser conscientes de que la gran mayoría de estos caracoles son capturados directamente del medio natural, no criados en cautividad, motivo por el cual hay que respetarlos y cuidarlos más si cabe.
Para más información consultad las siguientes fichas del Atlas de Acuavida.com:
Neritina natalensis
Vittina semiconica
Neripteron auriculata
Septaria porcellana
Theodoxus fluviatilis
Clithon souleyetana
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Las neritas son caracoles acuáticos que pertenecen a la familia Neritidae (en castellano, nerítidos) dentro del orden Neritoida. Abarcan numerosas especies, de las cuales la gran mayoría son gasterópodos marinos, otros habitan aguas salobres y finalmente unas pocas especies viven en aguas dulces. Su distribución es muy amplia, localizándose en toda la zona de Eurasia y algunas regiones de África, sobre todo en las franjas tropicales y templadas. Son caracoles más o menos redondeados u ovalados, de dimensiones más bien modestas (los mayores ejemplares no alcanzan los 4 cm de diámetro), presentando un opérculo a modo de escotilla que les permite encerrarse completamente dentro de su concha. El aspecto de ésta es similar al de la porcelana. Los colores y patrones de los dibujos de la concha son realmente variados y sorprendentemente bellos.
Los nerítidos son animales gregarios, es decir, sociales, que se agrupan en colonias o grupos de cientos o miles de individuos allí donde se desarrollan. Generalmente estos grandes grupos de caracoles se desplazan juntos en busca de alimento. Ocupan estratos superiores dentro de las masas de agua, en la zona donde hay mayor irradiación de luz, ya que se alimentan prácticamente de forma exclusiva de algas verdes que crecen en estas zonas iluminadas. Es por su dieta exclusiva que muchos acuaristas los utilizan como pequeños limpiadores en su lucha contra las algas.
Existen unos 19 géneros de neritas siendo como ya hemos dicho, la mayoría de aguas marinas, como es el caso del género Nerita sp. que da nombre a la familia. El género Theodoxus sp. comprende aquellas especies de pequeños nerítidos que habitan aguas exclusivamente dulces (por ejemplos T. fluviatilis o T. danubialis). Un gran número de especies pertenecientes a varios géneros (Neritina sp., Clithon sp., Septaria sp. o Neripteron sp.) son lo que se conoce en biología como especies eurihalinas. Esto significa que pueden habitar aguas de diferentes concentraciones salinas adaptándose gradualmente a esas circunstancias. La mayoría de estas especies viven en aguas salobres o dulces en sus estadíos adultos, mientras que sus larvas o juveniles necesitan pasar por las aguas marinas para desarrollarse. Esta dualidad convierte a la familia Neritidae en gasterópodos muy interesantes, podría decirse que de doble vida. Sin embargo esta característica hace que sea imposible reproducir a muchos de ellos en cautividad, debido a que requieren distintas concentraciones de salinidad a lo largo de su ciclo vital.
La reproducción de los nerítidos también es compleja. Por una parte presentan sexos separados. Necesitan de un proceso de cópula en el que un macho fecunda a una hembra que, posteriormente, depositará una bolsa de huevos (ooteca) generalmente ovalada y blanquecina, con una cubierta protectora muy endurecida. Dentro de esa ooteca los huevos (a veces varias decenas) eclosionan dando lugar a unas larvas móviles. Por lo general esas larvas son carnívoras, depredando algunas de ellas a sus hermanas dentro de la bolsa de huevos. Una vez que se quedan sin alimento salen de su envoltorio y llevan una vida libre durante algún tiempo. En algunos casos es necesaria una migración a otro tipo de aguas para que se produzca una metamorfosis que originará la incipiente concha, y finalmente el desarrollo de un adulto con su forma típica.
Las neritas tienen una concha relativamente gruesa, muy endurecida y bien estructurada. Es por ello que necesitan aguas con abundantes minerales disueltos (aguas duras) y también es el motivo por el cual su desarrollo es relativamente lento si lo comparamos con otros moluscos. A veces pueden tardar incluso varios años en alcanzar su tamaño de adultos. Sin embargo este aspecto favorece su longevidad, al no desarrollarse tan rápido y ser su metabolismo más lento que el de otros caracoles, su esperanza de vida es mayor frente a otras especies de tamaño parecido.
Para las neritas también es importante la oxigenación del agua, y están ausentes de masas acuáticas contaminadas o estancadas, prefiriendo lugares con un cauce rápido o lugares donde rompan las olas.
Aún hoy hay cierta controversia sobre la taxonomía (clasificación) y nomenclatura de algunas de las especies de nerítidos, y no es raro encontrarnos con que ocasionalmente se describen nuevas especies, sobre todo en Asia. También es frecuente encontrarnos en comercios con especies de neritas que no llegan identificadas, salvo con artificiales nombres comerciales que poco nos dicen de su procedencia o necesidades especiales. Es en este sentido necesario un mayor rigor, tanto de los proveedores como de las tiendas que suministran estos animales a los aficionados a la acuariofilia, para poder reproducir en nuestro hogar las mejores condiciones para estos animales.
Sin duda son seres que merece la pena conservar a través de los ecosistemas que habitan. Admirarlos en nuestros acuarios es un lujo que debemos aprender a valorar, así como ser conscientes de que la gran mayoría de estos caracoles son capturados directamente del medio natural, no criados en cautividad, motivo por el cual hay que respetarlos y cuidarlos más si cabe.
Para más información consultad las siguientes fichas del Atlas de Acuavida.com:
Neritina natalensis
Vittina semiconica
Neripteron auriculata
Septaria porcellana
Theodoxus fluviatilis
Clithon souleyetana
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