Son unas sencillas indicaciones para intentar explicar brevemente y muy por encima las diferencias básicas entre las cinco especies más frecuentes de encontrar dentro del Género Pomacea sp.
El objetivo es aprender a distinguir a estos caracoles a través de la morfología externa de su concha. Como sabréis, dentro de este grupo se engloban muchísimas especies conocidas todas ellas por el nombre vulgar de caracoles manzana pero, por varios motivos, las más frecuentes (ya sea en tiendas, por intercambios con aficionados, por haberlas encontrado en estanques o en el medio natural, etc.) son estas cinco que vamos a ver a continuación. Esta entrada es especialmente interesante para aquellos lectores de América (ya sea del Norte, Central o del Sur) ya que será en dicho continente donde más fácilmente vamos a encontrar especies de la familia Ampullariidae. No obstante hay que recordar que pueden ser muchas más las que se den lugar en ecosistemas naturales, por tanto esto sólo servirá para dar una pincelada por encima del asunto. Empezamos con las descripciones de las especies.
-Pomacea bridgesii: es el caracol manzana convencional, el que no produce daños (normalmente) en las plantas de nuestros acuarios y con el que se han conseguido numerosas variedades de color como el amarillo, azul, rosado, morado, blanco o marfil. No obstante para diferenciar a esta especie de otras no podemos fijarnos en el color de su concha si nos encontramos con ejemplares de coloración silvestre, ya que todas ellas, sin excepción, pueden presentar el mismo patrón de colores, que consiste en una concha de color marrón parduzco o verdoso ,con líneas longitudinales oscuras a lo largo de su espiral (más o menos gruesas y en mayor o menor cantidad). Por tanto tenemos que fijarnos en otro aspecto esencial que es el ángulo que forma el escalonamiento externo de la concha entre una espira y la siguiente. En esta especie, que es la más frecuente y deseada por los acuariófilos, ese ángulo es muy pronunciado, de unos 90º, lo cual hace que haya un escalonamiento literal entre una vuelta de la espiral y la siguiente si vemos la concha de perfil. Por lo general presentan 5 espiras bien distinguibles unas de otras hasta el ápice. Aparte de este aspecto, el tamaño máximo que suelen alcanzar no supera los 7 cm de diámetro.
-P. canaliculata: Es la especie más similar a la anterior. Su tamaño, no obstante, puede alcanzar los 10 cm. Como esta característica no es apreciable en individuos jóvenes, para diferenciarlos recurriremos de nuevo al ángulo formado entre las espiras, siendo en esta especie superior a los 90º (un ángulo más abierto), lo cual le da un aspecto más suave a su contorno, más globoso de perfil. Otra característica muy distintiva es el surco pronunciado (un canal, lo cual le da nombre a la especie) que se observa en la junta entre una espira y la siguiente.
-P. lineata: Muy similar a P. canaliculata, aunque de menor tamaño (alcanza los 7 cm). El ángulo entre espiras es mayor de 90º y también presenta un surco entre espiras, aunque menos pronunciado (es una línea hundida, de ahí su nombre en latín).
-P. flagellata: En esta especie el ángulo entre espiras se abre bastante, siendo a veces mayor de 120º, lo cual le confiere un aspecto muy globoso, redondeado, sin apenas escalonamiento. Además, la última espira (el ápice) con frecuencia ha sido pulida o eliminada por desgaste. Su tamaño máximo es de 8 cm.
-P. paludosa: Al igual que la anterior, el ángulo entre espiras se hace muy amplio, mayor de 120º, convirtiendo su concha en muy redondeada y de bordes suaves. Su tamaño no supera los 7 cm de diámetro.
Las cuatro últimas especies, al contrario que la primera, causan daños de moderados a elevados en las plantas acuáticas. Esto no sólo supone un problema en los acuarios plantados sino que también es una seria amenaza para algunos tipos de cultivos como el arroz o las plantas acuáticas ornamentales. En muchos lugares del mundo podemos encontrar a estas especies porque han sido introducidas de manera accidental en la naturaleza, por lo que es frecuente que aficionados o comerciantes con poca experiencia cambien o vendan ejemplares de una especie como si fueran de otra, a veces de forma ilícita, otras por simple confusión. En acuarios es factible controlar los daños de algunas de estas especies sobre las plantas mediante el control de la temperatura. A temperaturas altas su metabolismo se acelera y comen incesantemente tallos y brotes tiernos de las plantas, mientras que a temperaturas templadas o bajas pueden llegar a conformarse con alimentos como papillas o pastillas vegetales, verduras cocidas, etc. Como hemos comentado, el tamaño es un mal rasgo para diferenciar a estas especies dado que en el momento de la observación o la compra no sabemos con certeza la edad de los ejemplares y por tanto no podemos establecer si son adultos o juveniles. En la siguiente ilustración podemos ver el perfil general de todas ellas, haciendo incidencia en el menor o mayor escalonamiento de su concha:
Ilustración de las 5 especies. Autor: Isaac García
(Para ampliar la imagen pinchar sobre ella)
Para ampliar información sobre estas y otras especies se puede consultar este artículo en inglés:
An Identification Manual for the Freshwater Snails of Florida
Fred G. Thompson (University of Florida)
Si quieres descargarte este artículo en Word pincha Aquí.
Fred G. Thompson (University of Florida)
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